Esta es una historia real, sobre un sencillo joven ilicitano con una fuerte determinación. Corría el año 30 del pasado siglo y mientras el mundo andaba ocupado celebrando el primer mundial de futbol, por cierto, con victoria de Uruguay… y los científicos descubrían un pequeño (entonces planeta) llamado Plutón… nuestro abuelo, Vicente Serrano Tarí, puso la primera piedra de la que sería una de las principales empresas del Levante Español, Los Serranos. Y ahí empezó todo…

Años más tarde, sin oficina, ordenador ni teléfono, pasando la mayoría de los días de ciudad en ciudad y de sol a sol, picando y compactando la piedra con la que unir ciudades, nuestro padre Antonio Serrano Aznar tomó el relevo.
Eran tiempos difíciles en los que forjamos nuestro temple para el futuro. Dicen que detrás de una marca hay, en nuestro caso, una gran familia. Han pasado más de cuarenta años desde que fundamos Los Serranos y aunque los orígenes siempre resultan insospechados, las oportunidades te van abriendo camino y tan solo necesitas valor para tener suerte.

En estos años hemos unido tantas ciudades que llevaría otros cuarenta años nombrarlas. Hay un viejo proverbio que dice: “Haz algo que ames y no trabajarás un día en tu vida”.

Corrían los años 80 y el país se estaba desarrollando, nuevas vías unían las poblaciones. Invertimos en la más avanzada maquinaria de producción y transporte, asumiendo el compromiso con el cliente de integrar rapidez y calidad.